lunes, abril 06, 2015

Massa y Macri dividen el voto y benefician a Scioli




                  El actual escenario electoral, cuando aún falta mucho tiempo para que quede realmente configurado, indica que el amesetamiento de Sergio Massa beneficio directamente a Mauricio Macri, pero además viene consolidando a Daniel Scioli aparentemente recuperado del impacto que sufriera su intención de voto por la muerte del fiscal Alberto Nisman.


        

            Luego de un verano complicado para el oficialismo arranco el otoño con mejores perspectivas. Y eso se refleja en un panorama electoral incipiente con movimientos permanentes en la provincia de Buenos Aires. El 39% del padrón nacional está en ebullición, sobre todo en el Conurbano. Como siempre es ahí donde empiezan a  definirse las tendencias del voto para las PASO de agosto.
                     La mayoría de las encuestas, las que se publican con dibujos y las que no, muestran que en los últimos 90 días Macri fue el presidenciable que más creció, sobre todo en la PBA. En diciembre estaba apenas por arriba del 15% y ahora esta,, según la medición, entre 25 y 27 %. Este aumento de su caudal electoral se debió al corrimiento del voto radical que se venia gestando antes de la Convención Nacional de la UCR de Gualeguaychú. Pero la mayor cosecha la viene obteniendo del drenaje de Massa en el distrito bonaerense.
                     Si se tiene en cuenta que el ex intendente de Tigre obtuvo en Buenos Aires el 43,9% en las legislativas de 2013 la caída en su intención de voto es realmente importante. Quizás, no comprendió en ese momento que muchos de esos votos eran prestados y, al hacer una alianza forzada con el PRO pero acuerdo al fin, una parte se fue al instalarse la candidatura del ingeniero. Las estimaciones indican que Massa perdió no menos de 10 puntos, sobre todo en distritos del primer cordón del GBA.
                    En 2013 hizo la gran diferencia en la Primera Sección Electoral ( Zona noroeste del Conurbano). Ahí pudo equiparar el triunfo K en la Tercera (Suroeste del GBA). Ahora esa ventaja debe compartirla con Macri, en municipios importantes de clase media como Vicente López, San Isidro, San Martín, Tres de febrero, Pilar, Escobar, Ituzaingo, Morón. Algo similar ocurre en las ciudades grandes fuera del Conurbano, como La Plata, Mar del Plata o Bahía Blanca.
                     Este voto que se vuelve a dividir en Buenos Aires entre Massa y Macri deja a Scioli en una mejor posición ya que reteniendo  el 32% que logró Martín Insaurralde en 2013 le alcanza. Evidentemente el gobernador de Buenos Aires hasta ahora no suma electorado no K pero con el núcleo duro podía entrar sin problema al ballotage. Arañando el 30% en la PBA, y manteniendo una performance pareja en los otros distritos grandes donde pierde,  igual se asegura un piso alto a nivel nacional.
                     No cabe ninguna duda que el impacto bonaerense en estas elecciones será muy estratégico porque Scioli podría salir primero en las PASO perdiendo en la CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y hasta en Entre Ríos.  Con los números nacionales de la derrota del FPV en 2013 podría esta vez hacerse fuerte:


            Ese 33% el kirchnerismo lo mantendría sin problemas y la pelea por el segundo puesto dependería de varios factores: cuanto más puede crecer Macri con voto UNEN y del Frente Renovador y cual es el piso de Massa frente a la caída. Todo parece indicar que el tigrense no tiene mucho margen para crecer en los sectores medios urbanos por eso busca volver a “peronizarse” y tratar de armar una competencia en las PASO con los hermanos Rodríguez Saa de sparring, y de ser posible también con el cordones José Manuel De la Sota. Un objetivo nada sencillo y que tampoco le garantizaría una gran recuperación de votos.
                        Obviamente aun falta demasiado tiempo como para asegurar que el escenario electoral empieza a marcar alguna tendencia contundente. En todo caso empieza a quedar claro que los proyectos simultáneos de Massa y Macri, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, favorecen hasta ahora a Scioli o al kirchnerismo. Que todavía no son sinónimos en términos políticos. Incluso, una performance electoral pareja entre el jefe del FR y el del PRO en las PASO podría atomizar el voto opositor en la primera vuelta de octubre.
                       Si uno de los dos logra despegarse del otro en las primarias de agosto se queda en octubre con la mayoría de sus votantes porque aparecería el “voto útil”. Ahora si empatan o la diferencia es escasa el candidato del FPV se pondrá muy contento. Aunque tampoco ese escenario lo pondría cerca de ganar en primera vuelta, como han vuelto a azuzar algunos. El kirchnerismo, a la hora de buscar su continuidad, tiene un piso alto pero un techo bajo. Lejano al ansiado 40,01%.