Volvió a Tribunales el "salvese quien pueda"

          Hace unas semanas atrás adelantábamos que en Comodoro Py se anunciaba la implementación de una estrategia del kirchnerismo tendiente a dividir el frente interno luego de la exitosa marcha del 18 de febrero en homenaje a Alberto Nisman. Se comentaba que la idea era de Horacio Verbitsky quien consideraba errónea la estrategia de enfrentar en bloque al Poder Judicial. Según el columnista de Página 12 el ataque contra todos los jueces y fiscales que no fueran militantes de Justicia Legítima no iba a generar otra cosa que abroquelar a la familia judicial.

       Evidentemente Verbitsky no se equivocaba. Preocupado por la unidad monolítica que generó entre los fiscales la muerte de Nisman y el comportamiento agresivo de la presidenta Cristina Fernández recomendó que lo mejor era abrir canales de negociación con "algunos más influenciables". El mejor ejemplo de lo que había

logrado el kirchnerismo con su postura jacobina se reflejó en la previa del lanzamiento del acto del 18F. Por primera vez fiscales y magistrados que se detestan por viejas internas se unieron para enfrentar a la Casa Rosada. La movida fue avalada por la amplia mayoría del Poder Judicial y contó con el respaldo implícito del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

         El golpe de "la marcha de los paraguas" fue duro para los K aunque rapidamente asumieron que lo más efectivo para su estrategia era suavizar su ofensiva bélica. De repente amainaron las criticas al "Partido Judicial" y entraron en escena operadores gubernamentales a recorrer los pasillos de Tribunales. El secretario de Justicia, Julián Álvarez, Juan Carlos Mena, números dos de la SI, Alfredo Lijo, el hermano del juez, Rodolfo Canicoba Corral, Gustavo Cinosi, empresario hotelero y allegado a Carlos Zannini y hasta el propio Daniel Scioli.

         Lo concreto es que en unas pocas semanas volvió el "salvese quien pueda" al Poder Judicial. Ofertas tentadoras, "cadena de la felicidad", amenazas de carpetazos con nuevos lobbistas. Esta vez en Tribunales ya no pesa Antonio Stiuso ni sus allegados Javier Fernández o Darío Richarte. Operan empresarios como Cinoci o Diego Mazer, dueño del NH Tango donde se compite por el trofeo de truco "Rody" en homenaje a Canicoba Corral. Y otra vez el kirchnerismo recupera terreno. Lorenzetti acepta reunirse con Zannini, la Sala I de la Cámara Federal se apresta a voltear la denuncia de Nisman por encubrimiento a la presidenta y se dilata la indagatoria de Máximo Kirchner por la causa Hotesur.

        Pero jueces y fiscales, mientras tanto, juegan cada uno su propio partido. Algunos siguen enfrentados con la Casa Rosada, otros quieren quedar bien con los que se van y con los que vienen y no pocos piensan en ascensos a camaristas o en la Corte. Sebastían Casanello espera que, por sus méritos, lo nombren en la Cámara Federal. El camarista Gustavo Hornos es sponsoreado por Lorenzetti para llegar con el próximo gobierno a la Corte Suprema, sueño similar tiene su colega de Casación Penal, Ana María Figueroa. Y hasta algunos jueces como Canicoba o Bonadío se entusiasman con ocupar la cargo de Señor 5 que hoy ejerce Oscar Parrilli en la ex SIDE.

            A río revuelto ganancia de kirchneristas. Esta fotografía puede profundizarse o cambiar de acuerdo a los que vayan dictando las encuestas y a la suerte política de Cristina